Saxenda para bajar de peso

Saxenda es un medicamento indicado, además de la dieta y el ejercicio, para promover el control del peso corporal en pacientes adultos obesos (con un índice de masa corporal – IMC – de 30 o más); sobrepeso (IMC entre 27 y 30) y con complicaciones relacionadas con el peso, como diabetes, niveles de grasa en sangre anormalmente altos, hipertensión arterial o apnea obstructiva del sueño (interrupción frecuente de la respiración durante el sueño).

¿Para qué sirve la Saxenda?

La Saxenda, también conocida como liraglutida, es un medicamento que se ha utilizado desde 2010 para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Sin embargo, en 2014 fue aprobada por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU) para su uso en el tratamiento de la obesidad en adultos. La liraglutida es un análogo del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), una hormona que se produce en el intestino delgado después de una comida, y que ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, aumentando la sensación de saciedad y reduciendo la ingesta de alimentos.

La Saxenda se administra por vía subcutánea una vez al día y es importante que se utilice en combinación con una dieta hipocalórica y un aumento de la actividad física. Según los estudios clínicos, la Saxenda ha demostrado ser eficaz en la pérdida de peso a largo plazo, con una reducción media del 8% del peso corporal en un año.

La Saxenda actúa a través de la activación del receptor del GLP-1, lo que aumenta la sensación de saciedad y reduce la ingesta de alimentos. Además, también retrasa el vaciamiento gástrico, lo que disminuye la cantidad de alimentos que llegan al intestino delgado y, por lo tanto, reduce la absorción de calorías.

Un estudio clínico publicado en la revista médica The Lancet Diabetes & Endocrinology, realizado en más de 3.700 pacientes con obesidad o sobrepeso, demostró que la Saxenda fue más eficaz que el placebo en la pérdida de peso, con una pérdida media de peso del 8,4% en los pacientes tratados con Saxenda en comparación con el 2,8% en los pacientes tratados con placebo. Además, también se observó una mejora en los niveles de colesterol y glucemia en sangre en los pacientes tratados con Saxenda.

Sin embargo, como cualquier medicamento, la Saxenda también puede tener efectos secundarios. Los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, diarrea, vómitos, estreñimiento, dolor abdominal y dolor de cabeza. Estos efectos secundarios suelen ser leves y desaparecen con el tiempo, pero en algunos casos pueden ser graves. Además, la Saxenda también puede aumentar el riesgo de pancreatitis y cáncer de tiroides, por lo que es importante informar a su médico si tiene antecedentes de estas enfermedades.

A pesar de los riesgos potenciales, la Saxenda ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de la obesidad y ha sido utilizada con éxito en numerosos casos. Un estudio publicado en la revista Obesity Surgery encontró que la Saxenda fue efectiva en el tratamiento de pacientes obesos que no habían logrado perder peso con otros tratamientos.

¿Cómo se utiliza Saxenda?

Saxenda está disponible como solución inyectable en plumas precargadas. El medicamento sólo puede obtenerse con receta médica. Saxenda se administra una vez al día, preferiblemente siempre a la misma hora. Se administra por inyección subcutánea en el muslo, la parte superior del brazo o el abdomen. La dosis inicial es de 0,6 mg diarios. A partir de entonces, la dosis debe aumentarse a 3,0 mg diarios en incrementos de 0,6 mg a intervalos de una semana.

¿Realmente funciona para bajar de peso?

El principio activo de Saxenda, la liraglutida, es un «agonista de los receptores del GLP-1 (péptido similar al glucagón)», que ya está autorizado en la UE a dosis más bajas (hasta 1,8 mg al día) con el nombre de Victoza para el tratamiento de la diabetes de tipo 2. El mecanismo exacto de acción de Saxenda en la pérdida de peso no se conoce del todo, pero se cree que el fármaco actúa en las áreas del cerebro que regulan el apetito al unirse a los receptores de GLP-1 presentes en las células cerebrales. El resultado es un aumento de la sensación de saciedad y una disminución de las señales de hambre.

Casos reales de uso de Saxenda

Saxenda ha demostrado su eficacia en la reducción del peso corporal en 5 grandes estudios en los que participaron más de 5.800 pacientes con obesidad o sobrepeso. En estos estudios, de hasta 56 semanas de duración, Saxenda se comparó con un placebo (un tratamiento ficticio). Los participantes en el estudio tomaron el fármaco como parte de un programa de control de peso que incluía un curso de sesiones y asesoramiento sobre la dieta y la actividad física. Tomando los resultados de los cinco estudios en conjunto, Saxenda tomada en una dosis diaria de 3 mg dio lugar a una reducción del 7,5 % del peso corporal en comparación con la reducción del 2,3 % observada en los pacientes tratados con placebo. En los sujetos tratados con Saxenda se produjo un descenso continuo del peso corporal durante las primeras 40 semanas de tratamiento, tras lo cual se mantuvo el peso alcanzado. La pérdida de peso fue más pronunciada en las mujeres que en los hombres. Cuando se volvieron a analizar los datos de los estudios principales utilizando un método más conservador, que excluía cualquier signo de mejora en los pacientes que no habían completado el estudio (alrededor del 30 %), se observaron disminuciones de peso similares, aunque menores, en el grupo tratado con Saxenda.

¿Cuál es el riesgo asociado al uso de la Saxenda?

El uso de Saxenda también conlleva algunos riesgos y efectos secundarios, aunque estos pueden variar de persona a persona. Los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, diarrea, estreñimiento, dolor de cabeza y pérdida de apetito. Estos efectos secundarios suelen ser leves y desaparecen después de unos días o semanas de tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, los efectos secundarios pueden ser más graves y requerir atención médica. Por ejemplo, la Saxenda puede aumentar el riesgo de inflamación del páncreas (pancreatitis), enfermedad de la vesícula biliar, hipoglucemia, deshidratación y trastornos renales.

Es importante destacar que la Saxenda no está recomendada para personas con antecedentes personales o familiares de cáncer de tiroides o pancreatitis, o que tengan una afección gástrica preexistente. También se debe tener precaución en pacientes con enfermedad renal avanzada, ya que no se ha estudiado la seguridad y eficacia de Saxenda en esta población.

Es fundamental que cualquier persona que esté considerando el uso de Saxenda consulte a su médico para discutir los riesgos y beneficios potenciales, así como para realizar un seguimiento adecuado durante el tratamiento.