Lo que definimos como «estilo de vida» no es más que el conjunto de comportamientos y hábitos que caracterizan nuestras acciones en la vida cotidiana. Estos pueden brindarnos un estilo de vida saludable, o por el contrario, presentarnos problemas a mediano y largo plazo. Debido a esto, controlar nuestras acciones será la base principal de tener éxito en el proceso.
Cepillarse los dientes, tomar café por la mañana, ducharse antes de acostarse; todos estos gestos, sumados, forman nuestro «estilo de vida» personal y tienen, para bien o para mal, un efecto sobre nuestro bienestar y nuestra salud.
El término estilo de vida suele ir acompañado de adjetivos como saludable y activo; un estilo de vida saludable tiene como objetivo prevenir la aparición de problemas y enfermedades debido a hábitos de vida incorrectos.
¿Qué significa un estilo de vida saludable?
Un estilo de vida saludable es un conjunto de comportamientos y hábitos que se adoptan de forma que promueven y apoyan nuestro bienestar físico y mental, como si fueran reglas de vida que nos permiten sentirnos en forma y prevenir posibles problemas de salud.
Estos, a lo largo del tiempo definirán nuestro carácter, conducta, temperamento y paz mental. Se puede incluir la frase “paz mental” debido a que cuando llevamos un orden en la mayoría de acciones que realizamos día tras día, podemos reaccionar y encontrar soluciones más eficientemente y detectar con más facilidad cuando algo está fallando o saliéndose de control, ya sea mental o físicamente.
Acciones diarias para mantener un estilo de vida saludable
Comer frutas y verduras
La fruta y la verdura se encuentran entre los alimentos más importantes por su aporte de vitaminas, minerales y fibra; deberíamos comer al menos 5 raciones al día.
Dieta balanceada
Para disfrutar de una buena salud, necesitamos más de 40 nutrientes diferentes y ningún alimento puede proporcionarlos todos a la vez.
Método de cocción
Son preferibles los alimentos horneados o al vapor; evite los alimentos fritos o el exceso de sal, aceite o especias. También es recomendable reducir el consumo de sal y azúcar.
Evitar el cigarrillo y el consumo excesivo de alcohol
El consumo de tabaco daña muchos órganos y sistemas y es la causa de muchas enfermedades graves e incapacitantes; baste decir que el 85% de los cánceres de pulmón y el 30% de todos los cánceres son atribuibles al humo del tabaco. Una buena copa de vino con las comidas, está bien y puede ser un placer. Sin embargo, exagerar con el alcohol es muy peligroso para la salud. Tampoco hay que subestimar el valor calórico del alcohol, por ejemplo, un vaso de vino de 125 ml contiene unas 90 calorías.
Mantener el cuerpo hidratado
No hay un solo proceso o sistema dentro de nuestro cuerpo que no dependa del agua, por lo que es fácil ver la importancia de mantener el cuerpo hidratado. Para que el cuerpo reciba la cantidad adecuada de agua, hay que beber unos dos litros de agua natural al día, tomándola con frecuencia y en pequeñas cantidades.
Dormir al menos siete horas
El tiempo de sueño ideal para un adulto es de siete a ocho horas. No dormir lo suficiente aumenta el nivel de estrés y puede contribuir a la aparición de problemas metabólicos, aumentando el riesgo de trastornos cardiovasculares. Además, un sueño inadecuado debilita el sistema inmunitario y provoca problemas de memoria y concentración.
Practica técnicas de relajación
Ya sea haciendo deporte o saliendo a correr, ya sea bailando, cantando, dibujando, escribiendo o viajando, haz cosas que te ayuden a relajar tu cuerpo y tu mente. Encuentra tu técnica de relajación, esto le ayudará a conseguir su objetivo: un estilo de vida saludable.
Ejercítate con regularidad
La actividad física es esencial para una vida sana: un estilo de vida saludable requiere al menos 30 minutos de movimiento al día; esto no significa que tenga que ir al gimnasio todos los días, sino que es importante moverse al menos durante treinta minutos consecutivos a diario, por ejemplo, caminando al trabajo o paseando al perro.
Interacciones sociales positivas
Aléjate de las personas que te transmiten estrés y negatividad o que te agobian con sus problemas; en su lugar, deja espacio a las relaciones positivas, a las personas que te hacen sentir bien y con las que disfrutas en compañía.
Estudiar y/o leer
Mantener un hábito de estudio y/o lectura, ayuda a nutrir constantemente nuestro cerebro de experiencias y conocimiento, esto nos hace sentir más seguridad en nuestros temas de conversación además de culturizarnos de una forma única.
Controlar los gastos
Las deudas suelen ser la causa principal de stress en la mayoría de personas, es por esto que una acción que podemos realizar para mantener un estilo de vida saludable, es no gastar dinero de más y tener un control de ingresos y egresos. Con este punto bajo control, no será necesario solicitar préstamos, ni poner en riesgo nuestro patrimonio y seres queridos.
Un estilo de vida saludable no se consigue sin constancia:
El hilo conductor de todo esto es la constancia: la repetición es la madre del conocimiento y es, comúnmente, el motor de los logros. Trabajar en algo cada día puede ser difícil, pero a la larga, los hábitos saludables sólo dan resultados. Comience día a día observando una dieta completa, haciendo ejercicio y durmiendo bien, y considérelos como objetivos individuales que debe alcanzar hasta que se convierta en algo natural.
Una vez logrado estos elementos esenciales del día a día, practicarlos con regularidad le permitirá mejorar y perfeccionar sus elecciones en función de sus necesidades personales. No hay ningún atajo: el secreto de los hábitos saludables es la constancia y la repetición, de lo contrario cada día y cada acción serán individuales y aislados.
Esto significa aspirar a hacerlo mejor cada día y para esto es aconsejable dividir tus planes en pasos para hacerlos más manejables y superar esa sensación de no saber por dónde empezar: así sabrás qué se puede hacer y cómo actuar.
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